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SALA lll

Pícaros y Caballeros

Picaresca y Caballería en el arte y la literatura. 

Museo Meraki

15/05/16 - 18/06/16

La colección Pícaros y Caballeros consta de 8 cuadros correspondientes al Siglo de Oro español, los cuales representan dos claros personajes que se dieron tanto en el arte como en la literatura española. Además, al ser una colección literaria, también se exponen fragmentos de obras literarias muy relevantes en nuestra literatura.  

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero 

acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos8, consumían las tres partes de su hacienda...>>

 

Comienzo del Quijote, corresponde al primer capítulo - Que trata de la condición y ejercicio del famoso y valiente hidalgo Don Quijote de la Mancha

En este tiempo vino a posar al mesón un ciego, el cual, pareciéndole que yo sería para adestralle, me pidió a mi madre, y ella me encomendó a él, diciéndole cómo era hijo de un buen hombre, el cual, por ensalzar la fe, había muerto en la de los Gelves, y que ella confiaba en Dios no saldría peor hombre que mi padre, y que le rogaba me tratase bien y mirase por mí, pues era huérfano. Él respondió que así lo haría y que me recibía, no por mozo, sino por hijo. Y así le comencé a servir y adestrar a mi nuevo y viejo amo.
 

Fragmento del Tratado Primero - Cuenta Lázaro su vida, y cuyo hijo, del Lazarillo de Tormes. 

Fragmento del Paso de armas y defensa de la dama de famosa obra Amadís de Gaula, publicada en 1508 por García Rodríguez de Montalvo.

 

Entonces fueron al más correr de sus caballos, el uno contra el otro, e hiriéronse1 en los escudos y el caballero falsó el escudo a Amadís, mas detúvose en el arnés y la lanza quebró y Amadís lo encontró tan duramente que lo lanzó por cima de las ancas del caballo, y el caballero, que era muy valiente, tiró por las riendas así que las quebró y llevólas en las manos y dio de pescuezo y de espaldas en el suelo y fue tan maltratado que no supo de sí , ni de otra parte. Amadís descendió a él y quitóle el yelmo de la cabeza y viole desacordado , que no hablaba y tomándole por el brazo tiróle contra sí y el caballero acordó y abrió los ojos y Amadís le dijo: –Muerto sois, si os no otorgáis por preso. El caballero, que la espada vio sobre su cabeza, temiendo la muerte, otorgóse por preso.

 

Fragmento del Capítulo 1 o de la primera parte del libro de Tirante el Blanco escrito por Joan Martorell.

 

Excede en tan alto grado el estamento militar, que debería ser muy reverenciado si los caballeros lo observasen de acuerdo con el fin para el cual fue instituido y ordenado. No obstante, como la divina Providencia ha ordenado, y en ello se complace, los siete planetas tienen influencia en el mundo y ejercen dominio sobre la humana naturaleza, dándoles diferentes inclinaciones a pecar y a vivir viciosamente, pero no les ha privado el divino Creador del libre arbitrio, que si está bien regido, los pueden, viviendo virtuosamente, mitigar y vencer, . si quieren hacer uso de la discreción; y por esto, con el divino adjutorio, el presente libro de caballería estará dividido en siete partes principales, para poner de manifiesto el honor y señorío que los caballeros deben ejercer sobre el pueblo.

 


 

Aquí hallarás, en todo género de picardía -de que pienso que los más gustan-, sutilezas, engaños, invenciones y modos, nacidos del ocio, para vivir a la droga, y no poco fruto podrás sacar de él si tienes atención al escarmiento. Y, cuando no lo hagas, aprovéchate de los sermones, que dudo nadie compre libro de burlas para apartarse de los incentivos de su natural depravado. Sea empero lo que quisieres; dale aplauso, que bien lo merece; y cuando te rías de sus chistes, alaba el ingenio de quien sabe conocer que tiene más deleite saber vidas de pícaros, descritas con gallardía, que otras invenciones de mayor ponderación.

 

Extracto de la parte Al lector de la novela picaresca Al Bufón escrita por  Francisco de Quevedo.

 

Era yo muchacho vicioso y regalado, criado en Sevilla sin castigo de padre, la madre viuda –como lo has oído–, cebado a torreznos, molletes y mantequillas y sopas de miel rosada, mirado y adorado, más que hijo de mercader de Toledo o tanto. Hacíaseme de mal dejar mi casa, deudos y amigos; demás que es dulce amor el de la patria. Siéndome forzoso, no pude escusallo. Alentábame mucho el deseo de ver mundo, ir a reconocer en Italia mi noble parentela.

 

Fragmento del Capítulo III - Cómo Guzmán salió de su casa un viernes por la tarde y lo que le sucedió en una venta de la novela Novela picaresca Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán.

 

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