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SALA lV

PURA MITOLOGÍA

Mitos y relatos fantásticos

Museo Meraki

10/04/16 - 05/06/16

Hasta el Renacimiento no surge lo que pudiéramos llamar la mitología como género literario, pero será con el Barroco
cuando surjan en literatura los grandes poemas mitológicos, porque frente al concepto renacentista que usaba la mitología como recurso, a los poetas barrocos ésta les interesa en sí misma.

El tema del amor será tratado en los mitos en sus múltiples significados y casi siempre partiendo de un amor desgraciado.
El amor es dolor, que puede haber sido motivado por varias razones:
– A causa de un amor no correspondido, por lo que se trataría de un
amor distanciado e incomprendido, en el que el sujeto vive una enorme pasión con dolor y ausencia por la amada/o
– Otras veces ese dolor es la consecuencia del atrevimiento de
“amar” del poeta, este ha recibido el castigo de ser amado.
El amor aparece en otras ocasiones asociado a la muerte,.
El amor acerca al enamorado a una temprana muerte; pero otras veces, es una liberación de ésta.

 

En los poemas “Apolo siguiendo a Dafne” y “A Dafne huyendo de Apolo” se puede apreciar la clara aparición del tema literario del que estamos tratando.
Ambos son escritos por Quevedo, pero me centraré en uno “A Dafne huyendo de Apolo” . La intención de este autor era hacer una crítica social y fue desarrollada en los poemas con una actitud satírica.
«Tras vos un Alquimista va corriendo,
Dafne, que llaman Sol ¿y vos, tan cruda?
Vos os volvéis murciégalo sin duda,
Pues vais del Sol y de la luz huyendo.
ȃl os quiere gozar a lo que entiendo
Si os coge en esta selva tosca y ruda,
Su aljaba suena, está su bolsa muda,
El perro, pues no ladra, está muriendo...

 

(A Dafne, huyendo de Apolo) - Quevedo
 

     Juan de Arguijo - A Faetón
     Pudo quitarte el nuevo atrevimiento,
bello hijo del Sol, la dulce vida;
la memoria no pudo, qu'extendida
dejó la fama de tan alto intento.

Glorioso aunque infelice pensamiento
desculpó la carrera mal regida;
y del paterno carro la caída
subió tu nombre a más ilustre asiento.

En tal demanda al mundo aseguraste
que de Apolo eras hijo, pues pudiste
alcanzar dél la empresa a que aspiraste.

Término ponga a su lamento triste
Climente, si la gloria ganaste
excede al bien que por osar perdiste.

Este poema pertenece a la corriente estética barroca y es el soneto V de este autor.
 

La mayoría son sonetos dedicados a personajes de la mitología (Hércules, Narciso, Ganimedes, Faetón...), donde se resumen sus virtudes o sus desgracias, también en ellos se muestran las evidentes moralejas de la historia de cada personaje.
 

Hercules y la Hidra  Autor del cuadro: Antonio Pollaiuolo

Rompe las conchas Hércules famoso- Lope de Vega
El primer y segundo cuarteto del soneto de Lope de Vega hace alusión a la lucha de Hércules contra la hidra de Lerna. En los tercetos, el combate sirve de término de comparación contra la lucha  que el propio  poeta ( Así yo …)  libra contra su mala fortuna.

 

Soneto 93
  Rompe las conchas Hércules famoso 
de la Hidra feroz, y el campo esmalta
de veneno y de sangre, el tronco salta
por la violencia del bastón ñudoso;

   pero súbitamente el escamoso
cuello brota, en lugar de aquella falta,
siete cabezas de cerviz más alta,
temblando el eco al silbo temeroso.

   Así yo, triste (que vencer deseo
esta sierpe cruel de mi fortuna
en tantas diferencias de batallas),

   con mis desdichas sin cesar peleo;
mas donde quiero remediar alguna,
resultan tantas que es mejor dejallas.

 

Si fueras tú mi Eurídice, oh señora,
Ya que soy yo el Orfeo que te adora,
Tanto el poder mirarte en mí pudiera,
Que sólo por mirarte te perdiera;
Pues si perdiera la ocasión de verte,
Perderte fuerais, por no perderte.
Mas tú en la tierra, luz clara del cielo,
Firmamento que vives en el suelo,
No podía ser que fueras...

Y más tarde a este realiza un romance satírico llamado "Califica a Orfeo para idea de maridos dichosos” en el que hace una feroz crítica al matrimonio y comienza así con un chiste. (la burla más mordaz a la mujer y al matrimonio)
Orfeo por su mujer
cuentan que bajó al Infierno;
y por su mujer no pudo
bajar a otra parte Orfeo.
Dicen que bajó cantando;
y por sin duda lo tengo;
pues, en tanto que iba viudo,
cantaría de contento...


También al Barroco pertenece la obra de Quevedo, uno de estos bellos poemas es el que tiene como referente el mito de Orfeo y Eurídice.

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